Vastu Shastra

La configuración del espacio en la tradición hindú

Vastu Purusha Mandala

Definición y origen

Vastu Shastra, traducido como "la ciencia de la arquitectura", es una disciplina ancestral de organización espacial originaria del norte de la India. Sus raíces se encuentran en el período Védico (1500 - 500 a.C.), al final de la Edad de Bronce, en la región del Valle del Indo. Esta zona abarca la antigua región del Punyab y el actual Pakistán.

El conocimiento del Vastu Shastra nos ha llegado a través de los Vedas, las antiguas escrituras de la India que fueron transmitidas inicialmente en sánscrito y por vía oral. En el Rig Veda, el texto más antiguo de estos, compuesto aproximadamente entre el 1500 a.C. y el 1200 a.C., ya se mencionan los principios que sustenta el Vastu.

El final de este período vio el surgimiento de grandes ciudades y nuevas corrientes de pensamiento como el budismo y el jainismo. Dos de los enclaves urbanos más representativos de esta etapa, Harappa y Mohenjo-Daro, son ejemplos notables de planificación urbana basada en los principios del Vastu Shastra.

Aunque estos se han aplicado tradicionalmente en la India, también se encuentran en diferentes partes del Sudeste Asiático, Nepal y Sri Lanka.

En resumidas cuentas, nos encontramos con una manera de concebir el espacio de origen prehistórico cuya influencia aún es visible en la arquitectura actual.   

Fundamentos y antecedentes

El Vastu Shastra parte de la idea de que el entorno físico que nos rodea, es decir, la configuración de los espacios que habitamos, influye directamente en nuestras vidas. Con el fin de conseguir un entorno harmónico que favorezca el bienestar de sus habitantes, se definen unos principios que buscan alinear las leyes físicas de la naturaleza con las energías cósmicas.

Y es que, según esta corriente de pensamiento, todo lo que ocurre en la Tierra es una consecuencia del efecto que tienen sobre ella estas fuerzas naturales (o cósmicas): la tierra, el agua, el aire, el fuego y el espacio.Todo lo que nos rodea está formado por una combinación de estos cinco elementos, conocidos como Pancha Mahabhutas (literalmente, "cinco grandes elementos"). Cada uno de ellos está relacionado con una orientación física y una energía específica.

Los cinco elementos o Pancha Mahabhutas

Así como la filosofía cuántica se basa en la relación intrínseca entre materia y energía como fuerzas generadoras de todo lo que nos rodea, la filosofía del Vastu Shastra se fundamenta en la existencia de dos fuerzas opuestas: una positiva y otra negativa. La unión de estas fuerzas produce energía vital (Pranik), que da vida a los seres vivos, y energía natural (Jaivik), presente en el medio natural, como la proveniente del sol, la tierra, el fuego y el viento.

Estas energías, en su estado natural, se encuentran en equilibrio. Sin embargo, la construcción de un nuevo volumen—ya sea un edificio o una ciudad—interrumpe su flujo natural. Para restablecer este equilibrio, el diseño arquitectónico considera varios aspectos como las dimensiones y la forma de los volúmenes, la pendiente, la elevación, los elementos estructurales, la proximidad a cuerpos de agua y la disposición de las diferentes estancias. El objetivo principal es facilitar el correcto flujo de la energía positiva, permitiendo así equilibrar o incluso reducir la entrada de energía negativa.

El mandala del Vastu Purusha

La conceptualización de los principios del Vastu Shastra se refleja en un diagrama cuadrado que incorpora los cinco elementos y los puntos cardinales. Este diagrama inicial se superpone con una segunda cuadrícula en la que se inscribe una figura humana: el mandala del Vastu Purusha. La cuadrícula resultante se considera un modelo del universo que puede aplicarse a cualquier espacio, ya sea un edificio o una ciudad. De este modo, se establece una conexión simbólica entre el cuerpo humano y el hogar.

Según la mitología hindú, Purusha es la figura andrógina primigenia a partir de la cual surgieron los hombres y las mujeres, y con ellos, el resto de los pares del universo. Es el origen cósmico, el primer huevo. La creencia define a Purusha como el protector de los edificios frente a las energías negativas.

En la cuadrícula del mandala se identifican unos puntos clave en diversas partes del cuerpo del Purusha, conocidos como Marmsthanas. Estos puntos son concentraciones de energía vital, o prana, y se consideran fundamentales en el diseño arquitectónico a la hora de organizar los diferentes espacios de un edificio.

Directrices para el diseño residencial

Para entender mejor en qué se traducen estas directrices en el campo práctico, consideremos algunos ejemplos. Es importante tener en cuenta el contexto geográfico en el que surgió esta disciplina: la región del Valle del Indo, donde los vientos y monzones proceden del norte, sur y oeste, con largas épocas del año expuestas a temperaturas elevadas y ausencia total de lluvia durante meses.

Estos principios buscan maximizar el aprovechamiento de las energías naturales, como la solar, y tener en cuenta los efectos de la rotación terrestre y los campos magnéticos.

La energía solar se vincula con la vitalidad y la energía positiva. Es por ello que, en la configuración espacial de la casa, se disponen las aberturas para optimizar al máximo la luz solar e iluminar y caldear mejor los espacios. La orientación sur-este, al recibir una mayor contribución de energía solar, configura espacios con temperaturas más elevadas relacionados con el elemento del fuego (como la cocina). Además, elevar o bloquear la orientación suroeste ayuda a retener el calor y evitar su dispersión, facilita la entrada de luz solar y mejora el drenaje y la circulación del agua, protegiendo así la estructura.

Aunque algunas de estas ideas puedan parecer holísticas desde una perspectiva occidental, un análisis más detallado permite establecer vínculos con conceptos técnicos y científicos vigentes hoy en día.

Orientación de la vivienda

Para favorecer el drenaje y la evacuación del agua, se recomienda elevar ligeramente la vivienda en el lado sudoeste, dejando la orientación noreste en una posición más baja y conectada con un amplio espacio exterior. Esta orientación, además, evita exponer la vivienda a los vientos fuertes y los monzones, procedentes del sur y oeste (el lado elevado).

Dado que se considera que la energía positiva (en este caso, la energía solar) entra en la casa desde el noreste, hundir ligeramente la vivienda en este lado permite que dicha energía fluya sin interrupciones a lo largo de la vivienda, reteniéndola en el lado oeste. Al mismo tiempo, la posición más elevada y cerrada del lado oeste evita la entrada de energías negativas, como los vientos fuertes y la lluvia.

La puerta de entrada

Se considera el canal principal por el que entra la energía en un edificio, con lo que su ubicación no debe ser fortuita. Se recomienda colocarla a Norte o a Este para evitar la entrada de los rayos de sol más intensos, al tiempo que se capta y retiene la energía positiva.

Las habitaciones y la cocina

Para asegurar una correcta ventilación, se recomienda situar las habitaciones hacia el noroeste, aprovechando los vientos dominantes. La cocina debe ubicarse hacia el sudeste para que, en caso de incendio, el viento dirija las llamas hacia el exterior en lugar de hacia el interior de la vivienda. Esta disposición también favorece la ventilación adecuada de la cocina y la expulsión de olores. En resumen, se utiliza la ventilación cruzada para ventilar de manera eficiente las estancias que más lo necesitan.

Las aberturas

Con el fin de proteger la vivienda de la elevada intensidad de la radiación solar en la fachada sur, se recomienda limitar el número y el tamaño de las aberturas en esa orientación. Además, el uso de muros gruesos proporciona mayor inercia térmica, reduciendo la entrada de calor por radiación.

Arbolado

Para permitir que la luz solar entre en la vivienda por la mañana, se recomienda plantar árboles de porte mayor en las orientaciones sur, suroeste y sureste. De esta manera, se evita obstruir el paso de la luz en las orientaciones este y noreste.

La planificación urbana según el Vastu Shastra

Los principios del Vastu Shastra no solo se aplicaban a edificaciones individuales, sino también a la planificación urbana. La fundación de nuevas ciudades en la región indoaria se basaba en unas directrices comunes.

La elección del lugar

El primer paso, y probablemente el más importante, en la planificación de una nueva ciudad era la elección del emplazamiento, el cual debía cumplir con una serie de requisitos geográficos y climáticos:

- Contar con una variedad de árboles, arbustos y demás coberturas vegetales.

- Disponer de un terreno amplio con una fuente constante de agua, como la orilla de un río o un lago. Si el río cruzaba el terreno, debía fluir de este a oeste o de sur a norte, evitando ir en contra del campo magnético de la Tierra (de norte a sur). Además, el nivel freático debía estar a la altura de un hombre con los brazos elevados sobre la cabeza.

- Estar ligeramente inclinado hacia el este y el norte, con terrenos más elevados en la dirección suroeste.

- Tener temperaturas moderadas en verano e invierno, considerando también la dirección e intensidad de los vientos dominantes para evitar una exposición excesiva de los edificios a estos.

Si no se cumplían estos requisitos de entrada, el emplazamiento quedaba descartado.


El rito fundacional y la organización social

Una vez seleccionado el emplazamiento, los astrólogos intervenían en la búsqueda de un día auspicioso para el ritual de fundación, cuando se llevaban a cabo ceremonias de purificación para bendecir el terreno y obtener la protección de los dioses.

Seguidamente, se identificaban los puntos cardinales y, sobre estos, se inscribía el mandala del Purusha como diagrama simbólico del espacio. Con la ayuda del mandala y de marcadores físicos, se delimitaba el terreno, se definían los límites de la ciudad y el trazado de las calles principales: dos ejes perpendiculares que cortaban la ciudad en cuatro grandes cuadrados. Perimetralmente, se dividía la ciudad en anillos o cuadrados, que iban aumentando de tamaño a medida que se alejaban del punto central. De dentro hacia fuera, se inscribían 4 anillos que permitían organizar la ciudad según las clases sociales o castas, las Varnas.

  • Brahma: el central, el más sagrado. En este se ubicaba el palacio, el templo y las casas de los brahmanes, los sacerdotes e intelectuales. En esta zona privilegiada se concentraba también la superficie verde de la ciudad, con abundantes árboles entre los que destacaba el famoso árbol de Bodhi, que hacía las veces de punto de reunión.

  • Daivika: el anillo de los dioses. El lugar de los Ksatriyas, los administradores y gobernantes.

  • Manusya: el anillo de los humanos. Los Vaishyas, los comerciantes.

  • Paisana: el anillo de los demonios. Los shudras, la clase de trabajadores más humilde.

Esquema de distribución de las clases sociales tradicionales según una estructura de anillos.

En conjunto, el rito fundacional de una ciudad era un proceso meticuloso y sagrado que buscaba la armonía y la protección de la nueva urbe para asegurar un entorno equilibrado y próspero. Se cree que esta planificación cuidadosa no solo protege a los habitantes de influencias negativas, sino que también promueve un flujo positivo de energía vital, asegurando el bienestar y la prosperidad de la ciudad.

Estos principios, aunque ancestrales, continúan ofreciendo valiosas lecciones para la planificación urbana contemporánea. La atención al entorno natural, la orientación de los edificios y la consideración de las fuerzas cósmicas demuestran una profunda comprensión de la interacción entre el hombre y su hábitat. Al integrar estos conocimientos en la arquitectura moderna, podemos crear ciudades que no solo sean funcionales, sino también armoniosas y sostenibles, reflejando un legado de sabiduría que perdura a través del tiempo.

BIBLIOGRAFÍA DESTACADA

Piyush D. Patel , Piyushkumar J. Patel, “Scientific Substantiation of Vastu Shastra”, https://www.itm-conferences.org/articles/itmconf/pdf/2024/08/itmconf_icmaetm2024_02003.pdf

Mehul Hotwani, Ar. Priyanka Rastogi, “Vastu Shastra: A Vedic Approach To Architecture”, https://www.ijert.org/research/vastu-shastra-a-vedic-approach-to-architecture-IJERTV11IS020141.pdf

Ar. Pratik Purkar, Ar. Anjali V. Narad, Ar. Pooja Kothalkar, “Vedic Vastu Shastra, a scientific approach


ARTÍCULOS RELACIONADOS

Anterior
Anterior

Indianización

Siguiente
Siguiente

La civilización del Valle del Indo